El control de inflado de neumáticos es una parte fundamental para el buen funcionamiento, seguridad y economía de tu coche. Una adecuada presión de las llantas garantiza un comportamiento óptimo del vehículo en el manejo, reduce el desgaste de los neumáticos, mejora la eficiencia de consumo de combustible y disminuye el riesgo de siniestros en la vía. Por esto, es importante comprender cómo y cuándo hacerlo para mantener tus ruedas saludables y seguras.
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Una breve historia del control de inflado de neumáticos
El control de inflado de neumáticos ha sido una cuestión relevante desde los comienzos del automóvil. Al principio, los conductores debían estimar empíricamente si sus neumáticos estaban suficientemente inflados. Sin embargo, con el paso del tiempo, y gracias a los avances tecnológicos, han surgido diversas herramientas y sistemas para medir y mantener la presión correcta del aire de los neumáticos, lo que ha llevado a un mayor control y seguridad en el manejo. Hoy en día, muchos vehículos incorporan incluso sistemas de monitoreo de presión de neumáticos (TPMS) que alertan al conductor cuando la presión de estos está por debajo de lo recomendado.
¿Cómo funciona el control de inflado de neumáticos?
El control de inflado de neumáticos se realiza a través de un medidor de presión, una herramienta que permite conocer la cantidad de aire que hay dentro de la llanta. Este aparato mide la presión de aire en unidades de medida que pueden ser PSI, bar o Kpa, dependiendo del país. Es recomendable revisar la presión de los neumáticos al menos una vez al mes y siempre antes de un viaje largo. Además, es aconsejable hacerlo con los neumáticos en frío, ya que es cuando se obtienen medidas más precisas.
Evolución del control de inflado de neumáticos
Con los avances tecnológicos, los sistemas de control de inflado de neumáticos se han sofisticado. Las TPMS, por ejemplo, han permitido una mayor comodidad y seguridad para los conductores, ya que proporcionan alertas en tiempo real sobre la presión de los neumáticos. Estos sistemas utilizan sensores instalados en cada rueda que envían señales a una centralita del vehículo que detecta cualquier bajada de presión y avisa al conductor.
Beneficios de un correcto control de inflado de neumáticos
Una correcta presión de las llantas trae numerosos beneficios. En primera instancia, mejora la seguridad en el manejo, ya que garantiza un mejor agarre del vehículo a la carretera, una respuesta más efectiva al frenado y una maniobrabilidad más precisa. Además, contribuye a la economía del combustible, ya que un inflado correcto facilita la rodadura del vehículo y disminuye el esfuerzo del motor. Finalmente, contribuye a la conservación del medio ambiente, al disminuir la emisión de gases contaminantes debido a una mejor eficiencia del motor.
Inconvenientes de no controlar el inflado de los neumáticos
Por el contrario, no mantener un correcto control del inflado de las llantas puede conllevar diversos inconvenientes. Un inflado insuficiente, además de contribuir a un aumento del consumo de combustible, provoca un desgaste irregular y acelerado de los neumáticos, y puede llevar a pérdidas de control del vehículo. Por otro lado, un exceso de inflado también puede ser perjudicial, ya que disminuye la superficie de contacto del neumático con la carretera, reduciendo así el agarre de la rueda y aumentando la posibilidad de sufrir pinchazos u otros daños.