Los líquidos refrigerantes son sustancias que se utilizan en los sistemas de refrigeración y climatización de los vehículos, cuyo objetivo principal es absorber el calor generado y transferirlo hacia el exterior del sistema. Estos líquidos son fundamentales para el correcto funcionamiento de los motores, por lo que su nivel y calidad deben ser revisados de forma periódica y mantenerse en óptimas condiciones.
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Historia y evolución de los líquidos refrigerantes
Los líquidos refrigerantes han evolucionado significativamente a lo largo de la historia de los motores de combustión. Inicialmente se utilizaba agua como la sustancia refrigerante principal. Sin embargo, con la aparición de los motores de combustión, se presentaron una serie de problemas al utilizar agua como líquido refrigerante, como la congelación del mismo en climas fríos, lo que suponía un riesgo para el motor.
A partir de ese momento se comenzaron a utilizar diferentes tipos de sustancias como medio refrigerante, como la salmuera y los aceites minerales, entre otros. Pero no fue hasta la creación de los líquidos refrigerantes a base de los llamados «clorofluorocarbonos» (CFC), que se empezó a utilizar un producto altamente eficiente, resistente y seguro.
Sin embargo, el uso de los CFC arrojó efectos muy negativos en la capa de ozono, lo que motivó la necesidad de buscar alternativas más ecológicas y sostenibles. Así surgieron los líquidos refrigerantes a base de hidrofluorocarbonos (HFC), que aunque menos perjudiciales para la capa de ozono, también tienen efectos negativos sobre el medio ambiente.
Inconvenientes y ventajas de los líquidos refrigerantes
Uno de los mayores inconvenientes que presenta el uso de líquidos refrigerantes en los motores de combustión interna es su impacto en el medio ambiente. Los refrigerantes a base de CFC y HFC son altamente perjudiciales para la capa de ozono y aumentan el efecto invernadero.
Por otro lado, el uso de líquidos refrigerantes también puede suponer un peligro para la salud si se manipulan de forma inadecuada o se inhalan. Además, su ubicación dentro del motor y la complejidad del sistema de refrigeración pueden dificultar la detección y solución de problemas relacionados con el líquido refrigerante.
Sin embargo, el uso de líquidos refrigerantes también presenta importantes ventajas. Entre ellas, destaca su capacidad para prolongar la vida útil del motor, ya que reduce el desgaste de las piezas y aumenta su eficiencia. Además, ayuda a mantener la temperatura del motor dentro de los rangos óptimos, reduciendo el riesgo de sobrecalentamiento.
Coste de reposición o mantenimiento de los líquidos refrigerantes
Los líquidos refrigerantes son productos que requieren de un mantenimiento constante para garantizar su correcto funcionamiento. El coste de reposición no es excesivamente elevado, siempre y cuando se realice de forma periódica y se eviten situaciones en las que se deba realizar una reparación del sistema de refrigeración.
Por otro lado, si se detecta una fuga en el sistema de refrigeración, el coste de reparación puede variar significativamente según la gravedad del problema. Un costo bajo podría ser alrededor de 50€, mientras que un coste medio oscilaría entre 100€ y 300€. Si el problema es grave, el coste podría ser de hasta 1000€.