El retrovisor digital es una tecnología novedosa e innovadora en el mundo de la automoción. Se basa en el uso de cámaras de alta resolución ubicadas en diferentes zonas externas del vehículo que proyectan la imagen en tiempo real en una pantalla situada en la cabina del coche. Se elimina básicamente el espejo físico y se reemplaza por una imagen digital, permitiendo a los conductores obtener una visión más clara y amplia de la carretera y de los otros vehículos.
Índice de contenidos
Historia e evolución del retrovisor digital
La introducción del retrovisor digital estuvo a cargo de la marca japonesa Lexus en 2018. Esta tecnología reemplazó los espejos laterales por cámaras, ofreciendo, entre otros beneficios, una visión más amplia y la eliminación de los ángulos muertos.
Desde entonces, la evolución ha prosperado y cada vez más marcas y modelos incorporan esta tecnología. El objetivo es mejorar la seguridad vial, permitiendo una percepción más clara y precisa del entorno del vehículo al conducir.
Inconvenientes y ventajas del retrovisor digital
Inconvenientes
A pesar de ser una gran innovación, el retrovisor digital presenta algunos inconvenientes. Por ejemplo, el período de adaptación del conductor puede ser largo, ya que requiere cambiar el hábito de mirar hacia un espejo por mirar hacia una pantalla. Además, la visibilidad puede reducirse en condiciones climáticas adversas como la lluvia o la nieve.
Ventajas
Por otro lado, los beneficios de los retrovisores digitales son evidentes. Mejoran la visibilidad al eliminar los ángulos muertos. También presentan una visión más nítida durante la noche y reducen el deslumbramiento, lo que mejora significativamente la seguridad vial.
Coste de mantenimiento del retrovisor digital
En términos de mantenimiento y reparación, las cámaras que se utilizan en el retrovisor digital son robustas y diseñadas para resistir duras condiciones climáticas y de carretera, reduciendo la necesidad de reparaciones frecuentes. Sin embargo, en caso de daño, el coste de reparación o reemplazo puede ser más alto en comparación con un espejo tradicional, y puede considerarse un coste medio a alto, dependiendo del modelo y la marca del vehículo.