El rotor, a menudo llamado también disco de freno, es una pieza esencial en el sistema de frenado de un vehículo. Cuando se aplica el freno, los discos de freno aprietan el rotor para detener las ruedas y por consiguiente, el vehiculo. Estos discos pueden ser sólidos o ventilados, siendo estos últimos más eficientes para disipar el calor generado durante el proceso de frenado.
Índice de contenidos
Historia del rotor
Los primeros vehículos utilizaban frenos de tambor, un sistema menos efectivo y más propenso a sobrecalentarse. En los años 50, se comenzó a popularizar el uso del rotor en los sistemas de frenado, gracias a su mayor eficacia y su capacidad para disipar mejor el calor. Desde entonces, este componente se ha vuelto cada vez más común, hasta convertirse en la norma en prácticamente todos los vehículos modernos.
Evolución del rotor
Desde sus inicios, el rotor ha evolucionado significativamente. Al principio, estos discos eran simples piezas sólidas de metal. Sin embargo, los problemas de sobrecalentamiento llevaron al desarrollo de los discos de freno ventilados, que tienen una serie de canales para permitir que el aire fluya a través de ellos y les ayude a enfriarse. Hoy en día, también existen rotores de alta gama fabricados de materiales compuestos, que prometen una mayor longevidad y resistencia al calor.
Ventajas y desventajas del rotor
El uso de rotores en el sistema de frenado de un vehículo trae consigo una serie de ventajas. Los discos de freno son más eficientes para detener el vehículo, especialmente a altas velocidades, y son menos propensos a fallos debido al sobrecalentamiento. Asimismo, a menudo pueden ser mas sencillos de cambiar que los frenos de tambor. Sin embargo, también poseen su serie de desventajas. Los frenos de disco pueden ser más propensos al desgaste y son normalmente más costosos de reemplazar que los frenos de tambor.
Coste de reparación
El coste de reparación de un rotor puede variar en función de varias factores, como por ejemplo el tipo de vehículo, el precio de la pieza en sí, y la mano de obra necesaria, pero en general se considera un coste medio a alto. En términos generales, la sustitución de los rotores de un vehículo puede oscilar entre los 150 y los 500 euros, dependiendo de la marca y modelo del automóvil.