El turbo, oficialmente conocido como turbocompresor, es un dispositivo diseñado para aumentar la eficiencia y el rendimiento de los motores de combustión interna. Esta maravilla de la ingeniería involucra la reutilización de los gases de escape para impulsar una turbina que, a su vez, comprime la entrada de aire al motor. Como resultado, se logra una mejor combustión, proporcionando una notable mejora en el par y la potencia del motor.
El funcionamiento del turbo se basa en dos componentes principales: una turbina y un compresor, unidos por un eje común. Los gases de escape son redirigidos para girar la turbina, y por extensión, el compresor. Este último comprime el aire entrada, aumentando su presión y su densidad antes de que se introduzca en la cámara de combustión. Este proceso resulta en un aumento del par motor y, consecuentemente, del rendimiento del vehículo.
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Historia del turbo en los coches
El concepto del turbo no es una invención reciente. De hecho, sus orígenes se remontan al siglo XIX, aunque tardó un tiempo en aplicarse a la automoción. El ingeniero suizo Alfred Büchi fue quien, en 1905, por primera vez tuvo la idea de potenciar el motor utilizando los gases de escape para accionar una turbina. Sin embargo, no fue hasta la década de 1960, cuando los fabricantes de automóviles empezaron a explorar la posibilidad de usar turbo en coches de producción en serie.
Evolución del turbo
Desde su primer uso en automóviles hasta hoy, el turbo ha evolucionado enormemente. Desde los sistemas simples de una única etapa, hasta los más avanzados turbos de geometría variable (TGV), en donde la velocidad de los gases de escape puede ser controlada para optimizar el funcionamiento del turbo según las necesidades específicas del motor. Es esta capacidad para adaptarse y mejorar lo que ha solidificado el lugar del turbo en la industria automotriz.
Ventajas y desventajas del turbo
Ventajas
La principal ventaja del turbo es el mejor rendimiento y eficiencia que aporta a los motores de combustión interna. Como resultado de este incremento de la eficiencia, los motores turbo pueden ser más pequeños y ligeros en comparación a un motor de similar potencia sin turbo, además mejoran en gran medida el par motor.
Desventajas
Sin embargo, como cualquier componente mecánico, el turbo también tiene sus inconvenientes. Una de las más significativas es el denominado «lag», o retraso en la respuesta del turbo, este se produce desde que el conductor acelera hasta que el turbo entrega toda su potencia, también, el turbo requiere un mantenimiento más específico, y además, su reparación puede ser costosa.
Coste de reparación y mantenimiento del Turbo
Por lo general, el mantenimiento de un turbo se incluye en el mantenimiento general del motor del coche. Sin embargo, si el turbo falla, la reparación puede ser cara, alrededor de los 1000 a 1500 euros, y normalmente incluye la sustitución completa del turbo. Lo más recomendable es mantener una rutina de mantenimiento adecuada para evitar fallas prematuras y evitar estas costosas reparaciones.